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Uno de cada 25 participantes acreditados en la COP30 representa intereses petroleros

 

Fred Santana – De Cenarium 

Traducción Leandro Manera Miranda / Verso Tradutores 

BELÉM (PA-Brasil) – Más de 1.602 representantes de la industria petrolera y de los combustibles fósiles fueron acreditados para la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), en Belém, según la coalición Kick Big Polluters Out (KBPO). Esto equivale a uno de cada 25 participantes del evento, de acuerdo con el análisis de la entidad.

Mientras tanto, organizaciones sociales buscan fortalecer su presencia en la conferencia mediante casas y espacios propios, luchando para que su participación tenga un impacto real y no se limite a discursos protocolares.

Según el informe de la KBPO, el número de lobistas de estos sectores supera a la delegación de casi todos los países presentes, excepto Brasil, que envió a 3.805 delegados. Esta presencia masiva equivale a aproximadamente el 4 % de los participantes de la conferencia; es decir, uno de cada 25 acreditados representa intereses fósiles.

Participantes hacen cola para la acreditación de acceso a las instalaciones de la COP30 (Alex Ferro/COP30)

La KBPO señala que muchos de estos lobistas ingresaron por medio de asociaciones comerciales, como la International Emissions Trading Association (IETA), que trajo a 60 representantes, incluidos delegados de grandes empresas como ExxonMobil, BP y TotalEnergies.

Estrategias globales de obstrucción climática

En paralelo al análisis de la KBPO, el libro Climate Obstruction: A Global Assessment, de Oxford University Press, describe cómo estrategias políticas e institucionales de obstrucción climática vienen siendo empleadas por las industrias fósiles, las empresas de servicios públicos, el agronegocio y otros sectores para retrasar políticas ambientales. El estudio reúne a más de 100 investigadores y detalla cómo estas redes influyen en las regulaciones, en las negociaciones multilaterales y en los discursos públicos.

En el libro, se atribuye un papel central a las asociaciones comerciales (trade associations). Según los autores, estas entidades funcionan como canales coordinados de influencia, permitiendo que empresas individuales participen de manera menos visible, pero con impacto estratégico. Estas organizaciones, afirman, contribuyen a moldear reglas, debilitar regulaciones ambientales y erosionar acuerdos globales de reducción de emisiones.

Además, el estudio documenta el uso de lobby político, litigación estratégica, campañas de desinformación y presión institucional. Los autores afirman que estas prácticas no solo retrasan políticas ambiciosas, sino que también comprometen la transparencia y la eficacia de las negociaciones climáticas.

Dónde está la sociedad civil en la COP30

Mientras la presencia corporativa fósil domina las cifras, la sociedad civil también se ha organizado para tener una presencia visible y activa en la COP30, aunque enfrenta desafíos. La Secretaría General de la Presidencia de Brasil divulgó un Mapa de Participación con más de 70 casas y espacios de la sociedad civil distribuidos en Belém para el evento.

Entre estos espacios se encuentran la “Casa de la COP del Pueblo”, promovida por organizaciones de base, y la “Aldea COP30”, organizada por pueblos indígenas y otras entidades sociales. Estas iniciativas forman parte de la Green Zone, el área pública de la conferencia destinada a debates, exposiciones culturales, talleres y diálogos con la población.

Para garantizar la participación institucional, la Secretaría General organizó un seminario llamado “Espacios de Participación Social” para presentar la estructura y definir criterios de acreditación para las organizaciones de la sociedad civil. También se creó un Grupo de Trabajo Técnico de la Participación Social, que reúne a gobierno, movimientos sociales y estados para reforzar la construcción colaborativa de la conferencia.

Adicionalmente, el Comité COP30, formado por organizaciones como Mandí, Mapinguari, GuetoHub, Laboratório da Cidade y Palmares Lab, articula la presencia de la sociedad civil entre bastidores de la conferencia. Este comité defiende la creación de zonas (como la “Yellow Zone”) para propuestas sociales más integradas y la construcción de políticas climáticas con justicia territorial.

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Este reportaje fue producido por Revista Cenarium, en el marco de la Cobertura Colaborativa Socioambiental de la COP30. Lea el texto original en: https://revistacenarium.com.br/um-em-cada-25-credenciados-na-cop30-trabalha-para-a-industria-petrolifera/

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