Gran contaminadora, la ganadería se vende como “solución climática” en un asado VIP de la COP30
En la Agrizone, espacio de Embrapa durante la COP30, la industria cárnica ofrece asado y presenta al sector como “sostenible”, mientras los datos señalan altos niveles de emisiones y deforestación, pastizales degradados y baja adopción tecnológica.
Por: Hélen Freitas
Traducción: Leandro Manera Miranda / Verso Tradutores
Carne “al punto” circulando por el salón, cerveza fría, una mesa repleta de acompañamientos y el samba de la banda de Belém Frutos do Nosso Quintal. Así terminó el lunes (17) para la Abiec (Asociación Brasileña de las Industrias Exportadoras de Carne) en la COP30.
El asado promovido por la entidad en el pabellón de la CNA (Confederación de la Agricultura y la Ganadería) dentro de la Agrizone tenía como objetivo, según la invitación, “destacar la excelencia de la carne vacuna brasileña”, con cortes certificados y chefs invitados. En la práctica, fue un evento VIP para agradar a socios y autoridades y reforzar la narrativa de que la ganadería es parte de la solución para la crisis climática.
Montada por Embrapa (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria) para la COP30 y con la CNA como patrocinadora principal, la Agrizone es un espacio del agronegocio ubicado a 2 km del pabellón oficial de la Conferencia, diseñado precisamente para reforzar el argumento de la sostenibilidad del sector.
El acceso a la carne estaba controlado por pulseras amarillas. Solo entraba quien hubiera asistido al menos a una de las cuatro charlas del día —o quien fuera cercano a la organización. Cuando una periodista recibió la pulsera, el presidente de Abiec, Roberto Perosa, interrumpió en tono de broma: “¿Le vas a dar la pulsera a ella? ¿Ella es vegetariana?” La asesora se rió y respondió: “Se lo merece.”
Los guardias de seguridad frenaban a cualquiera que no tuviera la pulsera. Hasta los perros que circulan por la Agrizone quedaron afuera. Algunas autoridades, sin embargo, entraron sin dificultad.
Uno de los invitados más importantes ingresó discretamente: el ministro de Agricultura, Carlos Fávaro. Ha estado utilizando un edificio vecino como despacho durante la COP30. Al ser abordado por Repórter Brasil, dijo que estaba en un “momento de ocio” y que no daría entrevistas.
También pasó por el asado el maderero Silvério Fernandes. En 2002, tres años antes de ser asesinada, la misionera estadounidense Dorothy Stang dijo a la Policía Federal que había sido amenazada por Fernandes. Según la religiosa, el productor le habría dicho que, si alguien invadiera sus tierras, ella “tendría sangre hasta los tobillos”.
Estudio de la ONU señala que el consumo de carne “sostiene” el calentamiento global
A última hora de este lunes, el salón de la CNA en la Agrizone estaba repleto: ganaderos, políticos, técnicos y choferes. Incluso había un vehículo de la agencia de defensa agropecuaria de Pará estacionado frente al espacio.
La Abiec no siempre recibe esa atención en la Agrizone. Su estand oficial se encuentra al otro lado de la calle, en un edificio sencillo y casi sin movimiento. Allí, la mayor parte del tiempo, solo hay expositores. Presentar la ganadería como parte de la solución a la crisis climática no es una tarea trivial. Hace más de cinco años, un informe del IPCC concluyó que el “alto consumo” de carnes y lácteos “sostiene” el calentamiento global.
En Brasil, la expansión de la agricultura y de la ganadería fue responsable del 97 % de la pérdida de vegetación nativa en los últimos seis años, según el Informe Anual de Deforestación del MapBiomas.En ese período, la huella de metano de Brasil aumentó un 6 % desde 2020. Si fuera un país, la ganadería brasileña sería el séptimo mayor emisor del mundo. El dato va en dirección contraria a las promesas del sector.
En la COP26, en Glasgow (Escocia), Brasil firmó el Compromiso Global sobre el Metano (que prevé una reducción del 30 % de las emisiones de ese gas para 2030) y la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre los Bosques y el Uso de la Tierra, que establece metas para detener la deforestación y la degradación de tierras en el mismo plazo.
Consultado por el reportaje durante el asado sobre el aumento del impacto de la ganadería, Roberto Perosa, presidente de Abiec, se mostró optimista: “Estoy seguro de que las metas se van a cumplir. Tenemos un estudio que muestra que, para 2050, vamos a reducir un 80 % las emisiones de CO₂ de la ganadería y de la industria”, dijo. “Y si sumamos políticas públicas, podemos llegar a entregar hasta un 93 % de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero”, añadió.
En la visión de Perosa, esos resultados podrían alcanzarse al mismo tiempo que se expande la producción bovina. “Nuestro Brasil será el gran responsable por el incremento en la producción de carne en los próximos diez años”, afirmó.
Sector presenta la ganadería como solución climática, pero las cifras desafían el discurso
A lo largo del día, una serie de charlas intentó presentar iniciativas de sostenibilidad del sector. “Imaginen, señoras y señores, si no fuera por Brasil, ¿cuánto costaría hoy un kilo de carne en el mundo? Es decir, nosotros somos la solución del planeta”, afirmó Gedeão Silveira Pereira, vicepresidente de la CNA.
Para él, la “condena” de la ganadería como villana del clima es injusta. Sostuvo que las métricas utilizadas para medir las emisiones de gases de efecto invernadero fueron pensadas para países de clima templado y no sirven para Brasil. En su visión, el pastizal tropical funciona como una especie de aspiradora de carbono. “El ganado emite metano. Pero el pastizal que consume está restando carbono”, dijo, sin presentar estudios que respalden la afirmación.
Pereira también arremetió contra lo que llama “el enemigo interno”. Dijo temer más las normas brasileñas relacionadas con la agropecuaria que las nuevas restricciones europeas a la importación de productos vinculados a la deforestación. “No tenemos que luchar solo contra el público externo, por competencia y mercado. Tenemos que pelear, y mucho más, con nuestra propia gente dentro del país que no quiere permitir que Brasil se desarrolle”, afirmó.
En otra mesa, investigadores de Embrapa Ganado de Corte, Embrapa Acre y Embrapa Ganadería del Sur —unidades de investigación de la institución federal— presentaron el informe “La ganadería brasileña como parte de la solución para el cambio climático”, con propuestas para el sector.
La tesis central es que la ganadería tropical puede, al mismo tiempo, garantizar la seguridad alimentaria global y contribuir a las metas brasileñas de reducción de emisiones. La receta incluiría aumentar la productividad por hectárea, sacrificar animales más jóvenes, usar genética, suplementación, recuperar pastizales y adoptar sistemas como la integración agricultura-ganadería-forestal.
La alternativa para reducir la alta tasa de emisión de metano sería acortar la vida del animal en el pastizal: la faena de bovinos, por ejemplo, ocurriría cerca de los dos años de edad, en lugar de a los tres.
Según Abiec, hubo un aumento del 183 % en la productividad ganadera en las últimas décadas. El uso de tecnología habría evitado la ocupación de 326 millones de hectáreas adicionales de vegetación nativa. Sin embargo, un estudio divulgado por la entidad durante la COP30 muestra que el 76 % del área de pastizales opera con bajo nivel tecnológico, con una productividad media de 37 kilos de carcasa por hectárea al año.
En cuanto a las emisiones, las cifras también muestran el desafío de convertir la ganadería brasileña en parte de la solución a la crisis climática. Brasil es hoy el quinto país que más emite gases de efecto invernadero en el planeta. La agropecuaria fue responsable del 70 % de las emisiones nacionales en 2024, según datos del Sistema de Estimativas de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (Seeg), plataforma del Observatorio del Clima.
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Este reportaje fue producido por Repórter Brasil, en el marco de la Cobertura Colaborativa Socioambiental de la COP30. Lea el texto original en: https://reporterbrasil.org.br/2025/11/pecuaria-churrasco-cop30/















