Los países inician negociaciones sobre indicadores, financiamiento y otros puntos que pueden contribuir a la implementación de acciones en el área. Nexo conversó con observadores que siguen de cerca las discusiones.
Autora: Mariana Vick
La adaptación climática es uno de los principales temas de la agenda de negociaciones de la COP30, la conferencia de la ONU sobre cambio climático que comenzó el lunes (10) en Belém. Los países deben decidir sobre asuntos aún pendientes del Acuerdo de París. Si se aprueban, pueden abrir camino para la implementación de esta agenda.
A menudo relegada en la mayoría de las COP, la adaptación es clave para proteger vidas y prevenir otros daños derivados del cambio climático. El tema suele dividir a países desarrollados y en desarrollo — estos últimos, los más afectados por eventos extremos. Las negociaciones sobre adaptación en la COP30 arrancaron con divisiones inesperadas, y sus resultados siguen siendo inciertos.
En este texto, Nexo explica qué es la adaptación climática, qué establece el Acuerdo de París sobre el tema y qué asuntos ingresaron en la agenda de negociaciones de la COP30. También expone los desafíos ya identificados en las conversaciones y las expectativas de la sociedad civil respecto del resultado del evento.
Qué es la adaptación climática
Según la definición del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU), la adaptación climática es el proceso de ajuste de los sistemas humanos y naturales al cambio climático, con el objetivo de reducir las vulnerabilidades y aumentar la resiliencia de comunidades, ecosistemas y economías.
El Acuerdo de París busca limitar el calentamiento global a 1,5 °C en relación con los niveles preindustriales, una meta que, oficialmente, el mundo aún no ha alcanzado. Pero eso no significa que los efectos del cambio climático estén por venir: en realidad, ya están en marcha. Por eso, además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero —la causa del calentamiento global—, el mundo debe prepararse para enfrentar sus consecuencias.
1 de cada 5 personas en el mundo ya sufre a diario fuertes impactos del clima.
9 de cada 10 brasileños afirman haber sentido algún efecto del cambio climático, según una encuesta de Quaest divulgada este martes (11).
Tormentas, inundaciones, sequías e incendios forestales figuran entre los eventos climáticos extremos que requieren medidas de adaptación. En Brasil, el ejemplo más reciente de estos fenómenos fue el tornado que azotó Paraná el viernes (7), dejando siete personas muertas y más de 750 heridas en todo el estado, según la Defensa Civil.
La adaptación representa un desafío global, aunque con dimensiones regionales, nacionales y locales. Los países en desarrollo —que históricamente presentan mayores niveles de desigualdad, registran más pobreza y cuentan con menor infraestructura— son particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático. Las acciones que pueden reducir su vulnerabilidad incluyen:
➔ inversión en infraestructura en zonas de riesgo
➔ gestión de riesgos climáticos en la agricultura
➔ creación de sistemas de vigilancia para enfermedades transmitidas por vectores favorecidos por el aumento de la temperatura (como el Aedes aegypti, transmisor del dengue)
Qué es el Objetivo Global de Adaptación
El Acuerdo de París estableció en 2015 el llamado Objetivo Global de Adaptación (GGA, por sus siglas en inglés), que busca aumentar la capacidad adaptativa de los países, fortalecer su resiliencia y reducir su vulnerabilidad al cambio climático mediante una respuesta adecuada a los daños que ya están ocurriendo.
Para medir el progreso en adaptación en los países, el GGA plantea la creación de indicadores. Del mismo modo que hoy se contabilizan las toneladas de gases de efecto invernadero emitidas, los indicadores de adaptación servirían para medir cuántas vidas están siendo protegidas y en qué medida los sistemas se están reforzando frente al cambio climático.
Sin embargo, el Acuerdo de París no especificó cuáles serían esos indicadores. Las negociaciones para definirlos comenzaron ocho años después de la firma del tratado, en 2023, durante la COP28, celebrada en Dubái. Los países reunieron a un grupo de expertos para elaborar indicadores en siete grandes áreas temáticas:
➔ abastecimiento de agua y saneamiento
➔ alimentación y agricultura
➔ impactos en la salud y servicios de salud
➔ ecosistemas y biodiversidad
➔ infraestructura y asentamientos humanos
➔ erradicación de la pobreza y medios de subsistencia
➔ patrimonio cultural y saberes tradicionales
Inicialmente, el número de indicadores propuesto por los especialistas fue enorme: 9.529. Luego, la lista se redujo a 490 y, más tarde, a un conjunto de 100 indicadores, presentado durante la conferencia sobre el clima de Bonn —un evento preparatorio para la COP30— en junio de 2025.
Esa lista consolidada está siendo discutida en la COP30. El GGA entró en la agenda de negociaciones de la conferencia el lunes 10. La expectativa de los observadores es que, si se aprueba, la lista de indicadores permitirá operacionalizar —es decir, hacer posible la implementación— del Objetivo Global de Adaptación.
La sinergia con el financiamiento climático
Otro tema presente en las negociaciones de la COP30 es el financiamiento para la adaptación climática. El especialista en políticas climáticas del Instituto Talanoa, Daniel Porcel, afirmó al Nexo que existe una sinergia entre ambas agendas. El financiamiento es uno de los elementos clave para hacer posible la implementación de las metas de adaptación.
La COP30 retoma una decisión adoptada en la COP26, celebrada en Glasgow en 2021. Ese año, los países acordaron duplicar el financiamiento para la adaptación hasta alcanzar unos US$ 40 mil millones para 2025 (aún no se sabe si ese objetivo se ha cumplido) y el plazo para alcanzar la meta termina ahora, sin claridad sobre lo que vendrá después.
Los países en desarrollo defienden la adopción de un nuevo acuerdo que establezca una meta actualizada de financiamiento para la adaptación. El grupo denominado LDCs (Grupo de los Países Menos Desarrollados) presentó una propuesta para triplicar ese monto hasta 2030, aunque todavía no existe consenso sobre la iniciativa. No está claro si la meta será renovada y, en caso afirmativo, cómo se hará.
La necesidad de financiamiento para la adaptación en los países en desarrollo es enorme. En octubre, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estimó ese valor entre US$ 310 mil millones y US$ 365 mil millones por año hasta 2035 (la cifra varía según los distintos escenarios), lo que equivale a entre 12 y 14 veces más que los actuales flujos de financiamiento.
En 2023, los flujos internacionales de financiamiento público para la adaptación en países en desarrollo alcanzaron US$ 26 mil millones, una cifra menor a los US$ 28 mil millones registrados en 2022, según un informe de la ONU.
La decisión sobre los Planes Nacionales de Adaptación
Un tercer tema que debe incorporarse a la agenda de negociaciones son los llamados NAPs (Planes Nacionales de Adaptación), instrumentos que los países utilizan para planificar y ejecutar medidas de adaptación a mediano y largo plazo. Funcionan como “planes directores de adaptación” y son documentos separados de las NDC, las metas climáticas generales de cada país.
68 países han presentado sus Planes Nacionales de Adaptación ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC).
La Convención del Clima, que organiza las COP, publicó en octubre un informe que concluyó que la principal dificultad de los países respecto a los NAPs es su implementación. “La intención [en la COP30] es revisar las directrices técnicas de los NAPs para apoyar a los países en la implementación de sus planes; sin embargo, se trata de una agenda más operativa”, afirmó al Nexo Flávia Martinelli, especialista en cambio climático del WWF-Brasil.
Cuáles son los desafíos en las negociaciones
Las negociaciones sobre adaptación ya comenzaron en la COP30. Uno de los desafíos identificados en las conversaciones se refiere a los indicadores del Objetivo Global de Adaptación. Según Porcel, que sigue de cerca las negociaciones, los países en desarrollo no lograron llegar a un consenso sobre la lista final de 100 indicadores. Parte de ellos defiende que la decisión sobre el tema se posponga hasta la COP31, en 2026.
Las partes que piden retrasar la decisión desconfían de que la lista implique trabajo adicional para sus países, ya que, tras la adopción de los indicadores, deberán informar regularmente a la Convención del Clima sobre su cumplimiento, explicó Porcel. “La lista no es perfecta, pero los indicadores no son obligatorios”, señaló. “Esa decisión de aplazar podría provocar un retraso en la implementación, siendo esta una COP de implementación.”
Otro punto de conflicto potencial entre los países se relaciona con un grupo de indicadores sobre financiamiento. “Existen varias opciones en el texto elaborado por los especialistas”, explicó Martinelli, y parte de esos indicadores hace referencia a temas polémicos, como las inversiones de los países desarrollados hacia los países en desarrollo y el papel del sector privado.
“Los países son conscientes de que la agenda de adaptación es necesaria y debe avanzar, pero existe una distancia entre las posiciones de los países desarrollados —en especial la Unión Europea, Australia, Estados Unidos e Inglaterra— y las de los países en desarrollo, sobre todo los latinoamericanos y africanos.”
Flávia Martinelli
especialista en cambio climático del WWF-Brasil, en entrevista al Nexo
Según Martinelli, los países desarrollados tradicionalmente intentan desplazar el tema del financiamiento de las agendas de adaptación, oponiéndose a la inclusión de referencias a los medios de implementación en los textos. En cambio, los países en desarrollo luchan por incorporar esos términos, además de solicitar menciones a los pueblos indígenas y a las comunidades locales.
Cuáles son las expectativas para la COP30
El geógrafo e investigador sénior de la asociación de investigación Iyaleta, Diosmar Filho, afirmó que, en un escenario ideal, la COP30 debería entregar la aprobación de los 100 indicadores y un apoyo financiero para los Planes Nacionales de Adaptación. “Atenderíamos los intereses de la mayoría de los países de la COP y pasaríamos a la fase de implementación”, señaló.
Además del financiamiento, es importante garantizar la capacitación necesaria para que los países en desarrollo puedan poner en práctica sus decisiones de adaptación, añadió. “No todos los países cuentan con una estructura técnico-científica como la de Brasil. Es una cuestión de acceso a datos y a investigadores que buena parte del mundo en desarrollo no tiene.”
Pese a los desafíos, destacó que las negociaciones en la COP recién comienzan. “Hubo una primera ronda de conversaciones que no fue positiva para los indicadores, pero debemos intensificar el proceso. La negociación sigue abierta. La expectativa es llegar a la última semana con un consenso en torno a estos temas”, afirmó.
Porcel hizo una evaluación similar. “En Bonn, donde se realizó una reunión preparatoria para la COP30, el G77 — grupo de países en desarrollo de las Naciones Unidas — logró un consenso en los últimos días sobre los medios de implementación. Eso contribuyó a un resultado positivo. Si ocurre lo mismo en la COP30, todo puede salir bien.”
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Este reportaje fue producido por Nexo, a través de la Cobertura Colaborativa Socioambiental de la COP30. Lee la versión original en: https://www.nexojornal.com.br/expresso/2025/11/12/cop30-adaptacao-climatica-debate-entre-paises













