Carta de los Pueblos es entregada a la presidencia de la COP tras una movilización que reunió a miles de personas en Belém
El documento reúne demandas construidas a lo largo de una semana de debates. André Corrêa do Lago se comprometió a llevarlo a las negociaciones oficiales.
Autora: Gabi Coelho
Traducción: Leandro Manera Miranda / Verso Tradutores
La Cumbre de los Pueblos rumbo a la COP30 concluyó su programación este domingo (16) con la entrega oficial de la Carta de los Pueblos al presidente de la conferencia climática, el embajador André Corrêa do Lago. El documento, que presenta 15 puntos, sintetiza las demandas construidas durante una semana de debates que reunió a miles de personas, entre representantes de 62 países, pueblos indígenas, comunidades quilombolas, pescadores artesanales, movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil en la Universidad Federal de Pará (UFPA).
El acto de entrega marca el momento en que las reivindicaciones elaboradas en los territorios llegaron formalmente a la esfera oficial de la COP30. Corrêa do Lago se comprometió a que el documento sea leído dentro del espacio de negociaciones de la conferencia ya el lunes (17).
La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, leyó un mensaje del presidente Lula a los presentes. “La COP30 no sería viable sin la participación de ustedes —esta extraordinaria concentración de personas que creen que otro mundo es posible y necesario—”, decía el texto.
El presidente reforzó que el combate al cambio climático “necesita la movilización y la contribución de toda la sociedad, y no solo de los gobiernos”, y anunció su regreso a Belém el 19 de noviembre para un encuentro con el secretario general de las Naciones Unidas.
Marina Silva destacó los avances en las políticas ambientales del gobierno y reafirmó el compromiso con la deforestación cero hasta 2030. “Los incendios se redujeron 88 % en la Amazonía, 90 % en el Pantanal, 48 % en el Cerrado”, afirmó la ministra, recordando las quemas que cubrieron de humo el país el año anterior.
El pueblo indígena Kayapó, el cacique Raoni, estuvo presente al inicio de la presentación de la carta y saludó a los pueblos.
Uno de los momentos más significativos de la ceremonia fue el discurso de la Cumbre de las Infancias. Niños, niñas y adolescentes de comunidades ribeirinhas, territorios indígenas, quilombos y periferias urbanas de Pará y de otras regiones de Brasil subieron al escenario entonando “¡Territorios libres, infancias protegidas!” y “¡Todas las infancias importan!”. Un adolescente leyó la carta del grupo bajo la mirada emocionada de Marina Silva y de la ministra de los Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara —lideresa del pueblo Guajajara y primera mujer indígena en ocupar el cargo en el país.
“Decidimos escribir esta carta porque queremos que el mundo escuche nuestra voz y lo que sentimos en nuestro cuerpo y en nuestro día a día”, declaró el joven. El texto describía los impactos concretos de la crisis climática en la rutina de las infancias: dolores de cabeza, mareos, escuelas sin ventilación ni sombra, y la tristeza de ver “árboles cayendo, el humo de las quemas, ríos con basura, animales sufriendo”. “Todo eso nos afecta”, concluyó.
Corrêa do Lago agradeció el trabajo realizado por la Cumbre de los Pueblos y prometió llevar las contribuciones al plenario de la conferencia.
“Lo registraré mañana en la apertura de la reunión de alto nivel de la COP. Estoy muy, muy contento de poder presidir esta COP con el apoyo que estoy sintiendo aquí hoy”, afirmó.
Presión en las puertas de la COP
La entrega de la carta ocurrió tras una semana marcada por la presión constante de los pueblos indígenas para participar en las decisiones climáticas dentro de la conferencia.
El martes (11), manifestantes indígenas y activistas ingresaron en la Zona Azul —área de acceso restringido donde están negociadores y delegaciones— gritando por el impuesto a los multimillonarios y contra la explotación de petróleo en la desembocadura del Amazonas, entre otras demandas. El miércoles (12), una barqueata con 200 embarcaciones por la Bahía de Guajará marcó el inicio oficial de la Cumbre de los Pueblos.
El viernes (14), indígenas Munduruku articulados por el Movimiento Ipereg Ayu protestaron en la entrada principal de la conferencia, exigiendo la revocación del decreto que privatiza las hidrovías del río Tapajós y la demarcación de sus territorios. El lugar solo fue liberado después de que liderazgos Munduruku fueran recibidos por Ana Toni, directora ejecutiva de la COP30, por Corrêa do Lago y por las ministras Sônia Guajajara y Marina Silva.
Tras la movilización, el gobierno federal anunció que avanzará en la demarcación de las Tierras Indígenas Sawré Muybu y Sawré Ba’pim, del pueblo Munduruku, en Pará. Además, se comprometió a analizar los impactos de los grandes proyectos de infraestructura en la cuenca del Tapajós, según informó InfoAmazonia.
De las plenarias a las calles
La elaboración del documento final se organizó en torno a seis ejes de convergencia que guiaron los debates y las asambleas a lo largo de la semana. Los ejes abordaron territorios y maretorios vivos; soberanía popular y alimentaria; reparación histórica y combate al racismo ambiental y a las falsas soluciones; transición justa, popular e inclusiva; democracia e internacionalismo de los pueblos; ciudades justas y periferias urbanas vivas; y feminismo popular y resistencias de las mujeres en los territorios.
En el diálogo sobre soberanía popular y alimentaria, la agroecología surgió como “necesaria para la producción de sistemas alimentarios de bajo impacto que contribuyan a la defensa del planeta mediante el secuestro de carbono, pero también mediante la eliminación de las emisiones de gases de efecto invernadero con la eliminación de las quemas y la eliminación de los agrotóxicos”.
En el eje de feminismo popular y resistencias de las mujeres en los territorios, Heidiany Moreno, del Instituto Instrelas, mediadora de la mesa “Amazonía, disputas y grandes emprendimientos”, afirmó que la justicia climática está interconectada con la justicia de género.
“Reafirmamos que no existe justicia climática cuando las mujeres siguen muriendo por violencia obstétrica; cuando sus territorios son contaminados; cuando la deforestación y los grandes emprendimientos destruyen los ríos, los alimentos, las plantas medicinales y las redes comunitarias que sostienen la vida”, dijo.
La Cumbre de los Pueblos concluyó la programación de asambleas y plenarias el viernes (14).
Pueblos en las calles de Belém
El sábado (15), la Marcha Global por la Justicia Climática llevó a miles de personas a las calles de Belém. El recorrido de 4,5 kilómetros partió del Mercado de São Brás y siguió hasta la Aldeia Cabana, en el barrio de Pedreira, reuniendo delegaciones de los cinco continentes.
La movilización exigió el fin de las falsas soluciones climáticas, como los créditos de carbono y la geoingeniería, calificadas por los organizadores como mecanismos que permiten a los grandes emisores seguir contaminando mientras las comunidades tradicionales cargan con los impactos.
Entre las principales reivindicaciones estaban la demarcación inmediata de tierras indígenas y quilombolas, la reparación histórica por parte de los países ricos y de las corporaciones, y el reconocimiento del papel de los maretórios en la defensa de la Amazonía y de los océanos.
Helena Maltez, de la Red de Mujeres Agroforestales de Pará y del Mutirão Agroflorestal, afirmó que “la solución es la agroforestería” y reforzó que “la agroforestería no existe sin la cultura, sin las personas, sin el territorio”, defendiendo cambios urgentes en el modo de producción de alimentos.
Para Célia Pinto, de la Coordinación Nacional de Quilombo Aconáque (MA), la COP30 solo avanzará si escucha a los pueblos que viven los impactos de la crisis climática: “Mientras estas COP no escuchen a las poblaciones que realmente son afectadas, va a ser solo bla bla bla”, afirmó. “Nosotras somos la solución para las crisis climáticas.”
Neuza Maria Bezerra Oliveira, del Movimiento Interestatal de Quebradoras de Coco Babaçu, destacó la necesidad de ser escuchadas y la devastación de los territorios: “Espero que seamos vistas y que podamos demostrar que existimos y producimos”, dijo.
“Hoy estamos perdiendo nuestros babaçuais.”
Elpídio da Glória Torres, director del Sindicato de Trabajadores y Agentes de Familia de Baião (PA), resumió la pauta central de la movilización: “Queremos una Amazonía libre, con equilibrio ecológico, sin destruir la naturaleza”, afirmando que los pueblos no piden concesiones, sino “ecología, con sostenibilidad”.
Desde Chile, Yohana Coñuecar Llancapani, mujer mapuche huilliche y coordinadora de la Red de Mujeres Originarias por la Defensa del Mar, reforzó la defensa de los territorios marinos.
“Los pueblos originarios no provocaron la crisis climática. Defenderemos nuestros territorios —incluidos los marinos— con la vida, si es necesario.” Yohana Coñuecar Llancapani, coordinadora de la Red de Mujeres Originarias por la Defensa del Mar, Chile
Exigió responsabilidad de los gobiernos en las negociaciones: “No queremos retroceder en derechos”. Los gobiernos deben dejar de negociar a nuestras espaldas y comprometerse a cuidar los territorios.”
Aún el domingo (16), la Cumbre de los Pueblos realizó el Banquetaço en la Plaza de la República, con distribución gratuita de alimentos a la población, como respuesta al desmonte de las políticas de seguridad alimentaria y al retorno del hambre en Brasil. En la programación de la Cumbre, el acto reforzó la conexión entre justicia climática y soberanía alimentaria, afirmando que los eventos climáticos extremos agravan la inseguridad alimentaria en los territorios.
Lo que está en juego
La Carta de los Pueblos llegó a manos del presidente de la COP30 en un contexto de presión para que las negociaciones oficiales incorporen las demandas del Sur Global. El documento critica el fracaso del multilateralismo actual, las falsas soluciones de mercado y responsabiliza directamente a los países del Norte global y a las corporaciones transnacionales por las múltiples crisis. También expresa solidaridad con los pueblos bajo ataque imperial, especialmente el pueblo palestino, y repudia el avance del fascismo y de las guerras.
Entre las propuestas centrales están la demarcación de territorios indígenas, la reforma agraria popular, el combate al racismo ambiental, el fin de la explotación de combustibles fósiles y una transición energética justa y soberana. El texto exige que la financiación climática no pase por instituciones como el FMI y el Banco Mundial, defendiendo que los países del Norte paguen su deuda socioambiental histórica. También reivindica protección para las personas defensoras de derechos humanos, el fin de la criminalización de los movimientos sociales y la valorización del trabajo de cuidados como eje central para la reproducción de la vida.
La declaración concluye convocando a la unificación de las luchas populares a través del internacionalismo, con énfasis en la organización territorial como estrategia de resistencia. Sitúa el feminismo y los saberes ancestrales como pilares de un proyecto político alternativo al modelo capitalista, racista y patriarcal vigente.
La expectativa de los movimientos es que el compromiso asumido por Corrêa do Lago de llevar el documento al interior de la COP30 se traduzca en influencia concreta en las decisiones de la conferencia, garantizando que las voces de los territorios no queden restringidas a los espacios paralelos.
Pablo Neri, de la dirección nacional del MST en Pará, comentó sobre las posiciones del movimiento —junto a otras organizaciones— contra la expansión del uso de combustibles fósiles y la explotación de petróleo en la Margen Ecuatorial de la Amazonía.
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Esta nota fue producida por InfoAmazonia, en el marco de la Cobertura Colaborativa Socioambiental de la COP30. Lea el texto original en: https://infoamazonia.org/2025/11/16/carta-dos-povos-e-entregue-a-presidente-da-cop-apos-mobilizacao-que-reuniu-milhares-de-pessoas-em-belem/















